El bilingüismo es un programa de origen antiguo, podríamos incluso remontarnos a las épocas de las colonias, donde los niños de los países conquistados hacían auténticas inmersiones lingüísticas en los colegios para aprender el idioma del colono. Los niños crecían en contacto con los dos idiomas, ya que su idioma nativo era el de su entorno mientras que en el colegio aprendían uno nuevo. Sin embargo, podemos encontrar ejemplos menos bruscos e impuestos en sociedades más modernas como la de Canadá. En Canadá, hace ya muchos años que se vienen desarrollando programas bilingües para intentar cubrir las diferencias lingüísticas que existían entre sus ciudadanos. Probablemente este sea el origen de nuestros programas, ya que el modelo canadiense integra idioma y contenido para el aprendizaje de una lengua extranjera.
Sería sustancial analizar la metodología que se está siguiendo o se quisiera seguir en estos programas. Uno de los objetivos que se busca al integrar una segunda lengua y contenidos en una sola materia es el aprendizaje de la segunda lengua de una manera natural. Estudios recientes indican que la mejor forma de adquirir un idioma es haciéndolo de la misma manera que se adquiere el primero. Es decir, sumergiéndose en un ambiente en el que se utiliza el segundo idioma como vehículo de comunicación y no como único objetivo de aprendizaje. En este sentido las clases que se desarrollan en lengua extranjera serían el escenario perfecto, para que los alumnos adquirieran un segundo idioma de manera natural.
Analizada la parte teórica del asunto, que ya sabemos todos que del dicho al hecho hay un trecho, podemos hablar de la situación que nos concierne: el bilingüismo en Castilla y León.
Hay que admitir que el modelo del bilingüismo, aún llevando ya con nosotros alrededor de 10 años, está en pañales y desde luego queda mucho por hacer; pero creo que sería importante también admitir que los resultados pueden ser muy satisfactorios si se hace bien, como ocurre ya en otras Comunidades, algunas expertas en educación bilingüe.
La experiencia de los que estamos trabajando en programas bilingües puede ser muy dispar, ya que para empezar, faltan directrices que homogenicen nuestro trabajo; así como figuras que pudieran orientar sobre el tema como asesores lingüísticos y coordinadores, que realmente coordinen este programa dentro y entre los centros educativos. Por esto, podemos imaginar que lo que pase dentro del aula puede ser como en otros casos, de calidad excelente o una auténtica calamidad.
Desde luego que el nivel lingüístico que manejen los profesores y los alumnos es el primer paso para el éxito de la educación bilingüe, de modo que con un gran conocimiento y uso del lenguaje extranjero por ambas partes, se puede dar una clase en otro idioma, sin el mínimo detrimento del contenido. Ahora bien, esto no ocurre en la mayoría de los casos, pero quizás sí es a lo que tendemos. Vernos en este paso intermedio entre lo que podría ser y aún no es, es lo que nos está llevando en muchos casos a criticar un programa que en mi opinión tendrá magníficos resultados, si se hace con su debida forma.
Desde esta perspectiva, no deberíamos tirar por tierra, en mi opinión, un programa que pudiera darles unas significativas herramientas a nuestros chicos en su futuro, sino que deberíamos apelar para que el programa se desarrolle en las mejores condiciones posibles. La formación de los profesores es prioritaria, tanto en destrezas comunicativas en este segundo idioma como en la metodología a seguir que idóneamente no sería la misma.
Si de una cosa podemos estar seguros es que las cosas están cambiando, y mucho; todos recordaremos que no hace tantos años muchas clases de inglés se daban en español, mientras que ahora en muchos centros educativos se escucha continuamente este idioma en aulas y pasillos.
Muchos de los profesores que están envueltos en estos programas, hacen grandes esfuerzos para proporcionar a los alumnos una enseñanza bilingüe de calidad y en muchas ocasiones su trabajo está siendo muy poco valorado. Quizás uno de los datos que recompense los esfuerzos realizados, es el informe de evaluación British Council, que valora muy positivamente el desarrollo del programa bilingüe en España en los últimos años; pero no hay mejor recompensa que el avance de los alumnos, y éste se nota progresivamente de Septiembre a Junio, a veces de una forma extraordinaria. De hecho, los niveles que se alcanzan en los cursos superiores son excelentes. Tenemos que tener claro como objetivo la mejora y unificación del programa, y aunque falte mucho por andar, desde los medios por parte de la Administración a la organización en los centros educativos y trabajo en red… estamos construyendo la base de un proyecto que tiene futuro y ya está dando sus primeros frutos.
Febrero de 2016
Alicia Fernández
Profesora de Biología y Geología
habilitada en inglés y francés. Actualmente imparte clases
en el programa British del IES Virgen del Espino de Soria.